GRUPO CATÓLICO ISHABETEL
El Ángel de la guarda o Ángel custodio es el ángel al que Dios da la misión de proteger, guardar y guiar a cada persona durante su vida en la tierra para facilitarle el ascenso al Cielo.
La existencia de los Ángeles custodios se afirma en el Catecismo de la Iglesia Católica donde en particular en el artículo 336 3se declara que: «Desde su comienzo (Mt 18, 10) hasta la muerte (Lc 16, 22), la vida humana está rodeada de su custodia (Sal 34, 8; 91, 10-13) y de su intercesión (Jb 33, 23-24; Za 1,12; Tb 12, 12). "Nadie podrá negar que cada fiel tiene a su lado un ángel como protector y pastor para conducir su vida" (San Basilio Magno, Adversus Eunomium, 3, 1: PG 29, 656B). Desde esta tierra, la vida cristiana participa, por la fe, en la sociedad bienaventurada de los ángeles y de los hombres, unidos en Dios».
En relación con la existencia del Ángel de la guarda, el Papa Francisco dijo: "Todos tenemos un ángel siempre al lado, que jamás nos deja solos, y nos ayuda a no errar el camino" y "que nos protege, nos hace oír las cosas". Es «la voz de este compañero nuestro de viaje».
«¿Cómo es mi relación con mi ángel custodio? ¿Lo escucho? ¿Le doy los buenos días en la mañana? ¿Le digo que me proteja durante el sueño? ¿Hablo con él? ¿Le pido consejo? ¿Está a mi lado?». A estas preguntas, dijo, «podemos responder hoy»: cada uno de nosotros puede hacerlo para comprobar «cómo es la relación con este ángel que el Señor ha enviado para protegerme y acompañarme en el camino, y que ve siempre el rostro del Padre que está en el cielo»
ORACIÓN MAGISTERIAL
(Con aprobación eclesiástica del Vicariato de Roma, 6 de febrero de 1997 P. Luigi Moretti Secretario General)
¡Dios Uno y Trino, Omnipotente y Eterno! ¡Antes de acudir a Tus siervos, los Santos Ángeles, para implorar su auxilio, nos postramos ante Tu presencia y Te adoramos, Padre, Hijo y Espíritu Santo!
¡Alabado seas y glorificado por toda la eternidad!
¡Todos los Ángeles y los hombres que creaste Te adoren, Te amen, Te sirvan, Dios Santo, Fuerte, Inmortal!
¡Y tú, oh María, Reina de todos los Ángeles, acepta benigna los ruegos que le les dirigimos a tus siervos y preséntalos al Altísimo, tú, que eres la omnipotencia suplicante, la medianera de las gracias, a fin de que obtengamos gracia, salvación y auxilio!
Oh Ángel Santo de mi guarda, a cuya custodia y protección con admirable providencia me encomendó el Altísimo desde el primer instante de mi vida.
Yo te doy gracias, Santo Ángel mío, por el cuidado que has tenido de mí,
Por la compañía que me has hecho y por haberme librado de los peligros de alma y cuerpo;
Por tanto, a ti me encomiendo de nuevo, oh glorioso protector mío: defiéndeme de mis enemigos visibles e invisibles,
Y ayúdame con tus santas inspiraciones, para que siendo fiel a ellas, logre gozar de tu compañía en la patria celestial.
Aunque espíritu invisible, sé que te hallas a mi lado, escuchas mis oraciones y cuenta todos mis pasos.
En las sombras de la noche, me defiendes del demonio, tendiendo sobre mi pecho tus alas de nácar y oro.
Ángel de Dios, que yo escuche tu mensaje y que lo siga, que vaya siempre contigo hacia Dios, que me lo envía.
Testigo de lo invisible, presencia del cielo amiga, gracias por tu fiel custodia, gracias por tu compañía.
En presencia de los Ángeles, suba al cielo nuestro canto: gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo.
Ángel de Dios, bajo cuya custodia me puso el Señor con amorosa piedad, a mí que soy tu encomendado, alúmbrame hoy, guárdame, rígeme y gobiérname.
Amén.
(Padrenuestro, Salve y Gloria)
ORACION DE LOS NIÑOS
Ángel de mi guarda,
dulce compañía,
no me desampares,
ni de noche ni de día,
no me dejes solo, que me perdería,
hasta que me pongas, en paz y alegría,
con todos los santos, Jesús y María,
te doy el corazón y el alma mía
que son mas tuyos que míos.
Amen.
ORACIÓN A SAN MIGUEL ARCANGEL PRÍNCIPE CELESTIAL. “¿Quién como Dios?”
San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha.
Sé nuestro amparo contra la perversidad y acechanzas del demonio.
Que Dios manifieste sobre él su poder, es nuestra humilde súplica.
Y tú, oh Príncipe de la Milicia Celestial, con el poder que Dios te ha conferido, arroja al infierno a Satanás, y a los demás espíritus malignos que vagan por el mundo para la perdición de las almas.
Amén.
(Padrenuestro, Salve y Gloria)
ORACIÓN A SAN GABRIEL ARCANGEL . “Fortaleza y protección de Dios”
Oh glorioso Arcángel San Gabriel, llamado fortaleza de Dios, príncipe excelentísimo entre los espíritus angélicos, embajador del Altísimo, que mereciste ser escogido para anunciar a la Santísima Virgen la Encarnación de divino Verbo en sus purísimas entrañas:
Yo te suplico tengas a bien rogar a Dios por mí, miserable pecador, para que conociendo y adorando este inefable misterio, logre gozar el fruto de la divina redención en la gloria celestial.
Amén
(Padrenuestro, Salve y Gloria)
ORACIÓN A SAN RAFAEL ARCANGEL . “Medicina de Dios”
Oh poderoso Príncipe de la gloria San Rafael, llamado medicina de Dios, salud de los enfermos,
luz de los ciegos,
guía de caminantes,
protector de la limosna, del ayuno y de la oración: por aquella caridad con que acompañaste al joven Tobías, te pido, oh glorioso protector mío,
me libres de todos los males y peligros, y me acompañes en la peregrinación de esta vida mortal, para llegar felizmente a puerto de salvación en la eterna.
(Padrenuestro, Salve y Gloria)
SALMO 18
El Señor es mi roca y fortaleza
"Yo te amo,Señor, mi fuerza,.El Señor es mi roca y mi fortaleza; es mi libertador y es mi Dios, es la roca que me da seguridad; es mi escudo y me da la victoria..
Invoco al Señor que es digno de alabanzas, y me veo libre de mis enemigos..Las aguas de la muerte me envolvían, los torrentes devastadores me aterraban;.las redes de la muerte me cercaban, ante mí estaban tendidas trampas mortales..
En mi angustia yo invoqué al Señor, y clamé a mi Dios. Mi clamor llegó hasta sus oídos y desde su Templo oyó mi voz..Tembló la tierra y se estremeció, se sacudieron las bases de los montes, que temblaban con sólo ver su furor..
Desde lo alto su mano me tomó, y me rescató de las aguas profundas..Me libró de enemigos poderosos, de enemigos más fuertes que yo..Me asaltaron el día en que me iba mal, pero el Señor vino en mi ayuda..Me sacó a un espacio abierto, me salvó porque me amaba..
El Señor según mis méritos me trata, limpias son mis manos, y él me lo paga..Porque guardé los caminos del Señor y no hice el mal lejos de mi Dios..Me acuerdo siempre de sus decisiones, y nunca descarto sus mandamientos..
Ante él soy irreprochable y me cuido de cometer pecado alguno..Por eso me retribuye según mis méritos, según mi pureza que sus ojos ven..Con el que es fiel, tú te muestras fiel, si alguien no falla, tampoco tu le fallas..
Con el que es sin doblez, tú eres leal, pero con los tramposos eres mañoso..Tú salvarás a un pueblo humilde y humillarás los ojos altaneros..Tú haces, Señor, que brille mi lámpara, ¡mi Dios ilumina mis tinieblas! .Contigo acometo las huestes, con mi Dios escalo la muralla..
Mi Dios, su proceder es perfecto, y su palabra es a toda prueba. El es un escudo para cualquiera que se acoja a él..Pues, ¿quién es Dios fuera del Señor? ¿quién es la Roca, sino nuestro Dios?.Es un Dios que me reviste de fuerza, un Dios que allana mis caminos..
Asemeja mis pies a los de la cierva, y me hace estar de pie en las alturas..Adiestra mis manos para el combate, y mis brazos para tensar el arco de bronce..Tú me das tu escudo de salvación; tu mano me sostiene, tus favores me agrandan..
Puedo alargar el paso, y mis tobillos no van a flaquear..Persigo a mis enemigos y los alcanzo, no volveré hasta que estén exterminados..Doy un golpe, y no pueden rehacerse, caen y quedan tendidos a mis pies..Me revistes de fuerza en el combate, y doblegas ante mí a mis agresores..
Haces que mis enemigos den la espalda, y a cuantos me odiaban aniquilo..Aunque griten, nadie los salvará, claman al Señor, pero no les responde..Los trituro como polvo que se lleva el viento, los pisoteo como el barro del camino..
Me libras de las querellas de mi pueblo, y me pones al frente de las naciones. Un pueblo que no conocía me sirve..Los hijos de extranjeros me adulan, apenas oyen mi voz, me obedecen. 46.Los extranjeros pierden el ánimo, y salen temblando de sus fortalezas..¡Viva el Señor! ¡Bendita sea mi Roca! ¡Ensalzado sea el Dios que me salva!.
Oh Dios que me concedes el desquite y colocas los pueblos a mis pies,.que me libras de mis enemigos y me encumbras por encima de mis agresores, tú me salvas de la gente violenta..Por eso te ensalzaré, Señor, y en medio de los pueblos cantaré tu Nombre,.tú que a tu rey das victoria tras victoria, y sigues con tus favores a tu ungido, a David y a su descendencia para siempre."
Amén
SALMO 139
El Señor te conoce desde el vientre de la Madre y siempre te acompañará
Señor, tú me examinas y conoces, sabes si me siento o me levanto, tú conoces de lejos lo que pienso.
Ya esté caminando o en la cama me escudriñas, eres testigo de todos mis pasos.
Aún no está en mi lengua la palabra cuando ya tú, Señor, la conoces entera.
Me aprietas por detrás y por delante y colocas tu mano sobre mí.
Me supera ese prodigio de saber, son alturas que no puedo alcanzar.
¿Adónde iré lejos de tu espíritu, adónde huiré lejos de tu rostro?
Si escalo los cielos, tú allí estás, si me acuesto entre los muertos, allí también estás.
Si le pido las alas a la Aurora para irme a la otra orilla del mar también allá tu mano me conduce y me tiene tomado tu derecha.
Si digo entonces: "¡Que me oculten, al menos, las tinieblas y la luz se haga noche sobre mí!"
Mas para ti ni son oscuras las tinieblas y la noche es luminosa como el día.
Pues eres tú quien formó mis riñones, quien me tejió en el seno de mi madre.
Te doy gracias por tantas maravillas, admirables son tus obras y mi alma bien lo sabe.
Mis huesos no te estaban ocultos cuando yo era formado en el secreto, o bordado en lo profundo de la tierra.
Tus ojos veían todos mis días, todos ya estaban escritos en tu libro y contados antes que existiera uno de ellos.
¡Tus pensamientos, Dios, cuanto me superan, qué impresionante es su conjunto!
¿Pormenorizarlos? Son más que las arenas, nunca terminaré de estar contigo.
Examíname, oh Dios, mira mi corazón, ponme a prueba y conoce mi inquietud; fíjate si es que voy por mal camino y condúceme por la antigua senda."
Amén
Deuteronomio 28
Amenazas de maldición
Pero si no escuchas la voz del Señor, tu Dios, y no te empeñas en practicar todos los mandamientos y preceptos que hoy te prescribo, caerán sobre ti y te alcanzarán todas estas maldiciones:
Maldito serás en la ciudad y maldito en el campo.
Maldita será tu canasta y maldito el recipiente donde amasas tu pan.
Malditos serán el fruto de tus entrañas y el fruto de tu suelo, las crías de tus vacas y los partos de tus ovejas. Maldito serás al entrar y maldito al salir.
El Señor enviará contra ti la maldición, el pánico y el fracaso sobre todas tus empresas, hasta que seas exterminado y desaparezcas rápidamente, a causa de tu mal proceder, por haberme abandonado.
El Señor hará que se te contagie la peste, hasta que seas eliminado de la tierra que vas a tomar en posesión.
El Señor te castigará con tisis, fiebre, inflamación, ardores, aridez, quemadura y pulgón que te hostigarán hasta que desaparezcas.
El cielo sobre tu cabeza será de bronce, y la tierra bajo tus pies será de hierro.
En lugar de lluvia, el Señor enviará polvo a tu tierra, y sobre ti caerá arena desde el cielo, hasta que seas exterminado.
El Señor te hará caer derrotado ante tus enemigos: saldrás a atacarlo por un camino y por siete caminos huirás de ellos; y todos los reinos de la tierra sentirán horror de ti.
Tus cadáveres serán pasto de todas las aves del cielo y de todos los animales de la tierra, y no habrá nadie que los espante.
El Señor te herirá con forúnculos de Egipto, con tumores, sarna y tiña, de los que no podrás curarte.
El Señor te castigará con locura, ceguera y delirio, y andarás a tientas en pleno día, como anda a tientas un ciego, envuelto en la oscuridad. Nunca verás realizados tus proyectos; serás oprimido y despojado constantemente y nadie saldrá en tu defensa.
Te casarás con una mujer y otro gozará de ella. Construirás una casa y no la habitarás. Plantarás una viña y no recogerás sus frutos.
Tu buey será degollado delante de tus ojos y no lo podrás comer. Tu asno será arrebatado de tu misma presencia y no te lo devolverán. Tus ovejas serán entregadas a tus enemigos y nadie saldrá en tu defensa.
Tus hijos y tus hijas serán entregados a otro pueblo; y tu vista se consumirá de tanto mirar hacia ellos, pero no podrás hacer nada.
Un pueblo que no conoces comerá el fruto de tu suelo y todo el producto de tus fatigas. Serás oprimido y explotado constantemente, hasta volverte loco a causa de lo que verán tus ojos.
El Señor te herirá con forúnculos malignos e incurables en las rodillas y en las piernas, desde la planta de los pies hasta la cabeza.
El Señor los deportará, a ti y al rey que hayas puesto para que te gobierne, a una nación que ni tú ni tus padres conocían, y allí servirás a otros dioses, dioses de madera y de piedra.
Entonces serás motivo de consternación y de burla en todos los pueblos adonde el Señor te conduzca.
Sembrarás en tus campos mucha semilla, pero cosecharás muy poco, porque la devorará la langosta.
Plantarás viñas y las cultivarás, pero no podrás beber ni almacenar el vino, porque se las comerá el gusano.
Tendrás olivares en todo tu territorio, pero no podrás ungirte con aceite, porque se caerán las aceitunas.
Tendrás hijos e hijas, pero no te pertenecerán, porque serán llevados cautivos.
Los insectos arrasarán con todos tus árboles y con todos los frutos de tu suelo.
El extranjero que viva en tu país subirá cada vez más alto, mientras que tú caerás cada vez más bajo.
Él será tu acreedor, y tú, su deudor; él estará al frente, y tú detrás.
Todas estas maldiciones caerán sobre ti, te perseguirán y te alcanzarán hasta exterminarte, por no haber escuchado la voz del Señor, tu Dios, observando los mandamientos y los preceptos que él te prescribió.
Ellas estarán siempre sobre ti y sobre tus descendientes, como una señal y una advertencia.
Por no haber servido al Señor, tu Dios, con alegría y de todo corazón, mientras lo tenías todo en abundancia,servirás a los enemigos que el Señor enviará contra ti, en medio del hambre y la sed, de la desnudez y de toda clase de privaciones. Y él pondrá en tu cuello un yugo de hierro, hasta destruirte.
El Señor alzará contra ti a una nación lejana, que avanzará desde los extremos de la tierra con la velocidad del águila. Será una nación cuya lengua no entiendes,un pueblo de aspecto feroz, que no sentirá compasión del anciano ni se apiadará del niño.
Ella se comerá los productos de tu ganado y los frutos de tu suelo, hasta que quedes exterminado, porque te dejará totalmente desprovisto de trigo, de vino y de aceite, de las crías de tus vacas y tus ovejas, hasta hacerte desaparecer.
Sitiará a todas tus ciudades, hasta que se derrumben esas murallas altas e inaccesibles en que habías depositado tu confianza. Sí, él te sitiará en todas las ciudades que estén dentro de la tierra que el Señor, tu Dios, te da. Y durante el asedio, será tal la penuria a que te reducirá tu enemigo, que te comerás hasta el fruto de tus entrañas, la carne de tus hijos y de tus hijas, los mismos que el Señor, tu Dios, te había dado.
El más fino y delicado entre los hombres de tu pueblo mirará con odio a su hermano, a la esposa que dormía en sus brazos y a los hijos que todavía le queden, para no compartir con ellos la carne de sus hijos: se la comerá él solo, porque ya no le quedará más nada, en medio del asedio y la penuria a que te reducirá tu enemigo en todas tus ciudades.
La más fina y delicada entre las mujeres de tu pueblo –tan fina y delicada que ni siquiera se hubiera atrevido a pisar el suelo con la planta de sus pies– mirará con odio al esposo de su corazón, a su hijo y a su hija, y se ocultará para comer la placenta salida de su seno y a los hijos que dé a luz, porque estará privada de todo, en medio del asedio y la penuria a que te reducirá tu enemigo.
Si no te empeñas en practicar todas las palabras de esta Ley, como están escritas en este Libro, temiendo el Nombre glorioso y terrible del Señor, tu Dios, El te castigará, a ti y a tu descendencia, con calamidades extraordinarias. Serán calamidades grandes y persistentes, enfermedades malignas e incurables.
Él hará recaer sobre ti todas las plagas de Egipto, esas que tanto te horrorizaron.
Además, el Señor te enviará todas las enfermedades y todas las desgracias que no están escritas en el libro de esta Ley, hasta que seas exterminado.
Después de haber sido numeroso, como las estrellas del cielo, quedarás reducido a un pequeño número, por no haber escuchado la voz del Señor, tu Dios.
Y así como antes él se complacía en hacerlos felices y numerosos, luego se complacerá en destruirlos y exterminarlos. Y ustedes serán arrancados de la tierra, donde vas a entrar para tomar posesión de ella.
El Señor te dispersará entre todos los pueblos, de un extremo al otro de la tierra, y allí servirás a otros dioses que ni tú ni tus padres conocían, dioses de madera y de piedra.
No tendrás paz en medio de aquellas naciones y tu pie no encontrará descanso. El Señor llenará de angustia tu corazón, nublará tus ojos y abatirá tu ánimo.
Tu vida estará pendiente de un hilo; día y noche sentirás temor y no tendrás ninguna seguridad de sobrevivir.
Por la mañana dirás: "¡Ojalá fuera de tarde!", y por la tarde: "¡Ojalá fuera de mañana!", a causa del temor que sentirás y de lo que verán tus ojos.
El Señor te hará volver en barcos a Egipto, por ese camino del que yo te dije: "No lo volverás a ver". Allí, ustedes se venderán a sus enemigos como esclavos y esclavas, pero nadie querrá comprarlos.
Amén
Salmo 33
Oración y alabanza por el Señor es dueño de todo
Alégrense, oh justos, en el Señor; a los rectos es hermosa la alabanza.
Den gracias al Señor con lira; cántenle con arpa de diez cuerdas.
Cántenle un cántico nuevo;
háganlo bien, tocando con júbilo.
Porque recta es la palabra del Señor,
y toda su obra ha sido hecha con verdad.
Él ama la justicia y el derecho;
de la misericordia del Señor está llena la tierra.
Por la palabra del Señor fueron hechos los cielos;
todo el ejército de ellos fue hecho por el soplo de su boca.
Él junta como un montón las aguas de los mares,
y guarda en depósitos los océanos.
Tema al Señor toda la tierra;
témanle todos los habitantes
del mundo.
Porque él dijo, y fue hecho;
él mandó, y existió.
El Señor hace nulo el consejo
de las naciones
y frustra las maquinaciones de los pueblos.
El consejo del Señor permanecerá para siempre,
y los pensamientos de su corazón por todas las generaciones.
¡Bienaventurada la nación de la cual el Señor es Dios,
el pueblo al cual escogió como posesión suya!
El Señor ve desde los cielos; mira a todos los hijos del hombre.
Desde el lugar de su morada observa
a todos los habitantes de la tierra.
El que formó el corazón de todos ellos comprende todas sus obras.
El rey no es librado por la multitud del ejército;
el valiente no escapa por su mucha fuerza.
Vano es el caballo para la victoria;
a pesar de su gran fuerza no podrá librar.
El ojo del Señor está sobre los que le temen,
sobre los que esperan en su misericordia,
para librar el alma de ellos de la muerte
y para darles vida en tiempos de hambre.
Nuestra alma espera en el Señor;
él es nuestra ayuda y nuestro escudo.
Por eso, nuestro corazón se alegra en él,
porque en su santo nombre hemos confiado.
Sea tu misericordia, oh Señor, sobre nosotros
según lo esperamos de ti.
Amén
Deuteronomio 28
Esta oración va dirigida especialmente para los hijos pero tambien es un recordatorio para todas las personas que desean bendecir sus vidas
Promesas de bendición si estas en los caminos de Dios
Si escuchas la voz del Señor, tu Dios, y te empeñas en practicar todos los mandamientos que hoy te prescribo, él te pondrá muy por encima de todas las naciones de la tierra.
Y por haber escuchado la voz del Señor, tu Dios, vendrán sobre ti y te alcanzarán todas estas bendiciones:
Bendito serás en la ciudad y bendito en el campo.
Benditos serán el fruto de tus entrañas y el fruto de tu suelo, los partos de tu ganado y las crías de tus vacas y tus ovejas.
Bendita será tu canasta y bendito el recipiente donde amasas tu pan.
Bendito serás al salir y bendito al entrar.
El Señor hará que caigan derrotados todos los enemigos que se alcen contra ti: vendrán a atacarte por un camino y por siete caminos huirán de ti.
El Señor ordenará que la bendición esté contigo en tus graneros y en todas tus empresas, y te bendecirá en la tierra que él te da.
El Señor hará de ti su pueblo santo, como te lo juró, si cumples sus mandamientos y sigues sus caminos.
Entonces todos los pueblos de la tierra verán que tú eres llamado con el nombre del Señor, tu Dios, y te temerán.
El Señor te dará sobreabundancia de bienes en el fruto de tus entrañas, en las crías de tu ganado y en los productos de tu suelo, de la tierra que él te da, porque así lo juró a tus padres.
Él te abrirá el cielo –su rico tesoro– para proveer de lluvia a tu tierra en el momento oportuno, y para bendecir todos tus trabajos.
Serás acreedor de muchas naciones y deudor de ninguna.
El Señor te pondrá al frente, no detrás. Siempre estarás arriba, nunca abajo, con tal que obedezcas los mandamientos del Señor, tu Dios, que hoy te ordeno practicar cuidadosamente,
sin apartarte, ni a la derecha ni a la izquierda, de las palabras que hoy te prescribo, y sin ir detrás de otros dioses para servirlos.
Amén
Envía Padre los dones del Espíritu Santo
Eterno Padre, en nombre de Jesucristo
y por la intercesión de la Siempre Virgen María,
envía a mi corazón al Espíritu Santo.
Ven, Espíritu Santo, y dame el don de Sabiduría.
Ven, Espíritu Santo, y dame el don de Entendimiento.
Ven, Espíritu Santo, y dame el don de Consejo.
Ven, Espíritu Santo, y dame el don de fortaleza.
Ven, Espíritu Santo, y dame el don de Ciencia.
Ven, Espíritu Santo, y dame el don de Piedad.
Ven, Espíritu Santo, y dame el don del Santo Temor de Dios.
Ven, Espíritu Creador, visita las almas de los fieles; e inunda con tu gracia los corazones que Tú creaste.
Espíritu de Sabiduría, que conoces mis pensamientos más secretos, y mis deseos más íntimos, buenos y malos; ilumíname y hazme conocer lo bueno para obrarlo, y lo malo para detestarlo sinceramente.
Intensifica mi vida interior, por el don de Entendimiento.
Aconséjame en mis dudas y vacilaciones, por el don de Consejo.
Dame la energía necesaria en la lucha contra mis pasiones, por el don de Fortaleza.
Envuelve todo mi proceder en un ambiente sobrenatural, por el don de Ciencia.
Haz que me sienta hijo tuyo en todas las vicisitudes de la vida, y acuda a Ti, cual niño con afecto filial, por el don de Piedad.
Concédeme que Te venere y Te ame cual lo mereces; que ande con cautela en el sendero del bien, guiado por el don del santo Temor de Dios; que tema el pecado más que ningún otro mal; que prefiera perderlo todo antes que tu gracia; y que llegue un día a aquella feliz morada, donde Tú serás nuestra Luz y Consuelo, y, cual tierna madre; enjugas “toda lágrima de nuestros ojos”, donde no hay llanto ni dolor alguno, sino eterna felicidad.
Espíritu de Caridad, haznos amar a Dios y a nuestros semejantes como Tú quieres que los amemos.
Espíritu de Gozo, otórganos la santa alegría, propia de los que viven en tu gracia.
Espíritu de Paz, concédenos tu paz, aquella paz que el mundo no puede dar.
Espíritu de Paciencia, enséñanos a sobrellevar las adversidades de la vida sin indagar el por qué de ellas y sin quejarnos.
Espíritu de Benignidad, haz que juzguemos y tratemos a todos con benevolencia sincera y rostro sonriente, reflejo de tu infinita suavidad.
Espíritu de Bondad, concédenos el desvivirnos por los demás, y derramar a manos llenas, cuantas obras buenas nos inspires.
Espíritu de Longanimidad, enséñanos a soportar las molestias y flaquezas de los demás, como deseamos soporten las nuestras.
Espíritu de Mansedumbre, haznos mansos y humildes de corazón, a ejemplo del Divino Corazón de Jesús, obra maestra de la creación.
Espíritu de Fe, otórganos el no vacilar en nuestra fe, y vivir siempre de acuerdo con las enseñanzas de Cristo, e iluminados por tus santas inspiraciones.
Espíritu de Modestia, enséñanos a ser recatados con nosotros mismos, a fin de no servir nunca de tentación a los demás.
Espíritu de Continencia, haznos puros y limpios en nuestra vida interior, y enérgicos en rechazar cuanto pudiera manchar el vestido blanco de la gracia.
Espíritu de Castidad, concédenos la victoria sobre nosotros mismos; haznos prudentes y castos; sobrios y mortificados; perseverantes en la oración y amantes de Ti, oh Dios del Amor hermoso.
Amén
Oración y reflexión cuando las dificultades llegan a nuestra vida
Salmos, 23
1.El Señor es mi pastor: nada me falta;
2.en verdes pastos él me hace reposar. A las aguas de descanso me conduce,
3.y reconforta mi alma. Por el camino del bueno me dirige, por amor de su nombre.
4.Aunque pase por quebradas oscuras, no temo ningún mal, porque tú estás conmigo con tu vara y tu bastón, y al verlas voy sin miedo.
5.La mesa has preparado para mí frente a mis adversarios, con aceites perfumas mi cabeza y rellenas mi copa.
6.Irán conmigo la dicha y tu favor mientras dura mi vida, mi mansión será la casa del Señora por largos, largos días."
Salmos, 121
1.Dirijo la mirada hacia los montes: ¿de dónde me llegará ayuda?
2.Mi socorro me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra. 3.No deja que tu pie dé un paso en falso, no duerme tu guardián;
4.jamás lo rinde el sueño o cabecea el guardián de Israel.
5.El Señor es tu guardián y tu sombra, el Señor está a tu diestra.
6.Durante el día el sol no te maltratará, ni la luna de noche.
7.Te preserva el Señor de todo mal, él guarda tu alma.
8.El te guarda al salir y al regresar, ahora y para siempre."
Amén
Ingresa aquí y haz tu oración cantando
Oración y reflexión para dar continuo agradecimiento al señor por todas sus bendiciones
"Salmos, 136
1.¡Den gracias al Señor, porque él es bueno, porque su amor perdura para siempre!
2.Den gracias al que es Dios de los dioses, porque su amor perdura para siempre.
3.Den gracias al Señor de los señores, porque su amor perdura para siempre.
4.al único que ha hecho maravillas, porque su amor perdura para siempre.
5.al que con sabiduría hizo los cielos, porque su amor perdura para siempre.
6.al que puso la tierra sobre las aguas, porque su amor perdura para siempre.
7.al que creó las grandes luminarias, porque su amor perdura para siempre.
8.al sol para que gobierne el día, porque su amor perdura para siempre.
9.la luna y las estrellas para que manden la noche, porque su amor perdura para siempre.
10.al que hirió a Egipto en sus primogénitos, porque su amor perdura para siempre.
11.y a Israel lo sacó de en medio de ellos, porque su amor perdura para siempre.
12.con mano fuerte y brazo levantado, porque su amor perdura para siempre.
13.al que separó en dos el Mar de Juncos, porque su amor perdura para siempre.
14.y condujo a Israel por medio de él, porque su amor perdura para siempre.
15.allí tumbó a Faraón y a su ejército, porque su amor perdura para siempre.
16.al que guió a su pueblo en el desierto, porque su amor perdura para siempre.
17.al que aplastó a reyes poderosos, porque su amor perdura para siempre.
18.y dio muerte a monarcas respetables, porque su amor perdura para siempre.
19.a Sijón, rey de los Amorreos, porque su amor perdura para siempre.
20.y a Og, rey de Basán, porque su amor perdura para siempre.
21.y traspasó sus tierras como herencia, porque su amor perdura para siempre.
22.como herencia a Israel, su servidor, porque su amor perdura para siempre.
23.Se acordó de nosotros en nuestro abatimiento, porque su amor perdura para siempre.
24.y nos libró de nuestros opresores, porque su amor perdura para siempre.
25.El da su pan a todo ser carnal, porque su amor perdura para siempre.
26.Den gracias al que es Dios de los cielos, porque su amor perdura para siempre."
Amén
Oración y reflexión creada por San Patricio para lograr que las cosas oscuras no lleguen a la vida de uno
La Coraza de San Patricio
(versión corta para orar a diario)
Cristo en el corazón de todo hombre
Cristo en la boca de todo hombre
Cristo en todo oído que me escucha.
(Oración larga para la meditación)
Por medio de creer en sus Tres Personas,
Por medio de confesar la Unidad,
Por medio de la fuerza del nacimiento de Cristo y su bautismo,
Por medio de la fuerza de Su crucifixión y su sepulcro,
Por medio de la fuerza de Su resurrección y asunción,
Por medio de la fuerza de Su descenso para juzgar el mal.
Por medio de la fuerza del amor de Querubines,
En obediencia de Ángeles, En servicio de Arcángeles,
En la esperanza que la resurrección encuentra recompensa,
En oraciones de Patriarcas,En palabras de Profetas,
En prédicas de Apóstoles, En inocencia de Santas Vírgenes,
Por medio del poder del cielo:
Por medio de la fuerza de Dios que me conduce:
Poder de Dios que me sostiene,
Sabiduría de Dios que me guía,
Palabra de Dios que habla por mí,
Sendero de Dios tendido frente a mí,
Escudo de Dios que me protege,
Legiones de Dios para salvarme
De cualquiera que me desee mal,
Yo invoco éste día todos estos poderes entre mí y el malvado,
Contra despiadados poderes que se opongan a mi cuerpo y alma,
Contra conjuros de falsos profetas,
Contra las negras leyes de los paganos,
Contra las falsas leyes de los herejes,
Contra obras y fetiches de idolatría,
Contra encantamientos de brujas, forjas y hechiceros,
Contra cualquier conocimiento corruptor de cuerpo y alma.
Contra filtros y venenos, Contra quemaduras,
Contra sofocación, Contra heridas,
De tal forma que pueda recibir recompensa en abundancia.
Cristo en mí, Cristo a mi diestra,
Cristo en el corazón de cada hombre que piense en mí,
Cristo en la boca de todos los que hablen de mí,
Cristo en cada ojo que me mira,
Cristo en cada oído que me escucha.
Por medio de poderosa fuerza, la invocación de la Trinidad,
Por medio de creer en sus Tres Personas,
Por medio de confesar la Unidad,
Amén
Oración y reflexión para no perder la fe y recordar las maravillas que realiza Dios.
Por favor leer muy despacio y meditando e cada renglón pidiéndole al Señor que aumente su fe
"Carta a los Hebreos, 11
1.La fe es como aferrarse a lo que se espera, es la certeza de cosas que no se pueden ver.
2.Esto mismo es lo que recordamos en nuestros antepasados.
3.Por la fe creemos que las etapas de la creación fueron dispuestas por la palabra de Dios y entendemos que el mundo visible tiene su origen en lo que no se palpa.
4.Por la fe de Abel, su sacrificio fue mejor que el de su hermano Caín. Por eso fue considerado justo, como Dios lo dio a entender aprobando sus ofrendas. Y aun después de muerto, por su fe sigue clamando.
5.Por su fe también Henoc fue trasladado al cielo en vez de morir, y los hombres no volvieron a verlo, porque Dios se lo había llevado. Antes de que fuera arrebatado al cielo, se nos dice que había agradado a Dios;
6.pero sin la fe es imposible agradarle, pues nadie se acerca a Dios si antes no cree que existe y que recompensa a los que lo buscan.
7.Por la fe Noé escuchó el anuncio de acontecimientos que no se podían anticipar; y construyó el arca en que iba a salvarse con su familia. La fe de Noé condenaba a sus contemporáneos, y por ella alcanzó la verdadera rectitud, fruto de la fe.
8.Por la fe Abrahán, llamado por Dios, obedeció la orden de salir para un país que recibiría en herencia, y partió sin saber adónde iba.
9.La fe hizo que se quedara en la tierra prometida, que todavía no era suya. Allí vivió en tiendas de campaña, lo mismo que Isaac y Jacob, a los que beneficiaba la misma promesa.
10.Pues esperaban la ciudad de sólidos cimientos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.
11.Por la fe pudo tener un hijo a pesar de su avanzada edad y de que Sara era también estéril, pues tuvo confianza en el que se lo prometía.
12.Por eso de este hombre únicamente, ya casi impotente, nacieron descendientes tan numerosos como las estrellas del cielo, e innumerables como los granos de arena de las orillas del mar.
13.Todos murieron como creyentes. No habían conseguido lo prometido, pero lo habían visto de lejos y contemplado con gusto, reconociendo que eran extraños y peregrinos en la tierra.
14.Los que así hablan, hacen ver claramente que van en busca de una patria;
15.pues si hubieran añorado la tierra de la que habían salido, tenían la oportunidad de volver a ella.
16.Pero no, aspiraban a una patria mejor, es decir, a la del cielo. Por eso Dios no se avergüenza de ellos ni de llamarse su Dios, pues él les preparó la ciudad.
17.Por la fe Abrahán fue a sacrificar a Isaac cuando Dios quiso ponerlo a prueba; estaba ofreciendo al hijo único que debía heredar la promesa,
18.y Dios le había dicho: Por Isaac tendrás descendientes que llevarán tu nombre.
19.Abrahán pensó seguramente: Dios es capaz de resucitar a los muertos. Por eso recobró a su hijo, lo que tiene un sentido para nosotros.
20.Por la fe también Isaac dio a Jacob y a Esaú las bendiciones que decidían el porvenir.
21.Por la fe Jacob, moribundo, dio bendiciones diferentes a los hijos de José y se inclinó apoyándose en su bastón.
22.Por la fe José, próximo a su fin, recordó que los hijos de Israel saldrían de Egipto y dio órdenes referentes a sus propios restos.
23.Por la fe los padres del recién nacido Moisés lo escondieron durante tres meses, pues vieron que el niño era muy hermoso, y no temieron el decreto del rey.
24.Por la fe Moisés, ya crecido, se negó a ser llamado hijo de una hija del faraón,
25.y quiso compartir, no el goce pasajero del pecado, sino los malos tratos del pueblo de Dios.
26.Se fijó en que Dios retribuiría a cada uno, y consideró que ser humillado con Cristo tenía más valor que todas las riquezas de Egipto.
27.Por la fe abandonó Egipto sin temor al enojo del rey, porque se fijaba en otro enojo, pero invisible.
28.Por la fe celebró la Pascua y rociaron con sangre las puertas para que el exterminador no diera muerte a sus hijos primogénitos.
29.Por la fe atravesaron el mar Rojo como si fuera tierra seca, mientras que los egipcios trataron de pasarlo y se ahogaron.
30.Por la fe cayeron los muros de Jericó, después de dar la vuelta a su alrededor durante siete días.
31.Por su fe la prostituta Rahab dio buena acogida a los espías y escapó a la muerte de los incrédulos.
32.¿Qué más diré? Me faltaría tiempo para hablar de Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, lo mismo que de Samuel y de los profetas.
33.Ellos, gracias a la fe, sometieron a otras naciones, impusieron la justicia, vieron realizarse promesas de Dios, cerraron bocas de leones,
34.apagaron la violencia del fuego, escaparon del filo de la espada, sanaron de enfermedades, se mostraron valientes en la guerra y rechazaron a los invasores extranjeros.
35.Hubo mujeres que recobraron resucitados a sus muertos; pero también hubo otros que, en vista de una resurrección mejor, se negaron a hacer el gesto que les habría salvado la vida: me refiero a los torturados.
36.Otros sufrieron la prueba de las cadenas y de la cárcel.
37.Fueron apedreados, torturados, aserrados, murieron a espada, anduvieron errantes de una parte para otra, sin otro vestido que pieles de corderos y de cabras, faltos de todo, oprimidos, maltratados.
38.Esos hombres, de los cuales no era digno el mundo, tenían que vagar por los desiertos y las montañas, y refugiarse en cuevas y escondites.
39.Todos éstos merecieron que se recordara su fe, pero no por eso consiguieron el objeto de la promesa.
40.Es que Dios veía más lejos y pensaba en nosotros, y no debían llegar al término antes que nosotros."
Amén
Oración y reflexión para pedir al Señor te cuide contra cualquier mal
Salmo 91
1.Tú que habitas al amparo del Altísimo y resides a la sombra del Omnipotente,
2.dile al Señor: "Mi amparo, mi refugio, mi Dios, en quien yo pongo mi confianza".
3.El te librará del lazo del cazador y del azote de la desgracia;
4.te cubrirá con sus plumas y hallarás bajo sus alas un refugio.
5.No temerás los miedos de la noche ni la flecha disparada de día,
6.ni la peste que avanza en las tinieblas, ni la plaga que azota a pleno sol.
7.Aunque caigan mil hombres a tu lado y diez mil, a tu derecha, tú estarás fuera de peligro: su lealtad será tu escudo y armadura.
8.Basta que mires con tus ojos y verás cómo se le paga al impío.
9.Pero tú dices: "Mi amparo es el Señor", tú has hecho del Altísimo tu asilo.
10.La desgracia no te alcanzará ni la plaga se acercará a tu tienda:
11.pues a los ángeles les ha ordenado que te escolten en todos tus caminos.
12.En sus manos te habrán de sostener para que no tropiece tu pie en alguna piedra;
13.andarás sobre víboras y leones y pisarás cachorros y dragones.
14."Pues a mí se acogió, lo libraré, lo protegeré, pues mi Nombre conoció.
15.Si me invoca, yo le responderé, y en la angustia estaré junto a él, lo salvaré, le rendiré honores
. 16.Alargaré sus días como lo desea y haré que pueda ver mi salvación"."
AMÉN
Oración y reflexión para pedir al Señor el perdón de los pecados y que su castigo no se tan fuerte
Oración del Rey David
salmo 50
Ten compasión de mí, oh Dios,
conforme a tu gran amor;
conforme a tu inmensa bondad,
borra mis transgresiones.
2 Lávame de toda mi maldad
y límpiame de mi pecado.
3 Yo reconozco mis transgresiones;
siempre tengo presente mi pecado.
4 Contra ti he pecado, solo contra ti,
y he hecho lo que es malo ante tus ojos;
por eso, tu sentencia es justa,
y tu juicio, irreprochable.
5 Yo sé que soy malo de nacimiento;
pecador me concibió mi madre.
6 Yo sé que tú amas la verdad en lo íntimo;
en lo secreto me has enseñado sabiduría.
7 Purifícame con hisopo, y quedaré limpio;
lávame, y quedaré más blanco que la nieve.
8 Anúnciame gozo y alegría;
infunde gozo en estos huesos que has quebrantado.
9 Aparta tu rostro de mis pecados
y borra toda mi maldad.
10 Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio,
y renueva la firmeza de mi espíritu.
11 No me alejes de tu presencia
ni me quites tu santo Espíritu.
12 Devuélveme la alegría de tu salvación;
que un espíritu obediente me sostenga.
13 Así enseñaré a los transgresores tus caminos,
y los pecadores se volverán a ti.
14 Dios mío, Dios de mi salvación,
líbrame de derramar sangre,
y mi lengua alabará tu justicia.
15 Abre, Señor, mis labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.
16 Tú no te deleitas en los sacrificios
ni te complacen los holocaustos;
de lo contrario, te los ofrecería.
17 El sacrificio que te agrada
es un espíritu quebrantado;
tú, oh Dios, no desprecias
al corazón quebrantado y arrepentido.
18 En tu buena voluntad, haz que prospere Sión;
levanta los muros de Jerusalén.
19 Entonces te agradarán los sacrificios de justicia,
los holocaustos del todo quemados,
y sobre tu altar se ofrecerán becerros.
AMÉN
Oración y reflexión para entregar todo el hogar y la familia a los mandatos y leyes de Dios
Oración de Josue
Josue 24
Josué reunió en Siquem a todas las tribus de Israel. Llamó a los ancianos, jefes, jueces y oficiales y, en presencia del Señor, 2 dijo a todo el pueblo:
—Esto dice el Señor y Dios de Israel: “Antiguamente, Térah y sus hijos Abraham y Nahor, antepasados de ustedes, vivían a orillas del río Éufrates y adoraban a otros dioses. 3 De las orillas del Éufrates tomé a Abraham, y lo hice andar por toda la región de Canaán. Lo hice crecer en número, dándole primero a su hijo Isaac, 4 y a Isaac le di dos hijos, Jacob y Esaú. A Esaú le di la región montañosa de Seír, pero Jacob y sus hijos se fueron a Egipto. 5 Entonces yo envié a Moisés y Aarón, y herí de muerte a los egipcios, hasta que los saqué a ustedes de allí. 6 Cuando los antepasados de ustedes salieron de Egipto, los egipcios los persiguieron con carros de guerra y caballos, hasta el Mar Rojo. 7 Ellos me llamaron, y yo puse una gran oscuridad entre ellos y los egipcios, e hice que el mar cayera sobre los egipcios y los cubriera. Ustedes fueron testigos de lo que hice en Egipto.
»”Después pasaron ustedes mucho tiempo en el desierto, 8 hasta que los traje a la tierra de los amorreos, en el lado oriental del Jordán. Ellos pelearon contra ustedes, pero yo los hice caer en manos de ustedes, y ustedes los derrotaron y se adueñaron de la región. 9 Después Balac, hijo de Sipor, rey de los moabitas, vino a pelear contra ustedes. Balac mandó a buscar a Balaam, el hijo de Beor, para que los maldijera a ustedes. 10 Pero yo no dejé que Balaam los maldijera, y tuvo que bendecirlos. Así los salvé a ustedes. 11 Entonces ustedes cruzaron el río Jordán y llegaron hasta Jericó. Los que vivían en Jericó (amorreos, ferezeos, cananeos, hititas, gergeseos, heveos y jebuseos) pelearon contra ustedes, pero yo hice que ustedes los derrotaran. 12 A los dos reyes amorreos no los derrotaron ustedes con espadas ni con arcos, sino que yo envié mi pánico delante de ustedes, de modo que ellos huyeron antes que ustedes llegaran. 13 Yo les di a ustedes tierras que no habían trabajado y ciudades que no habían construido. Ahora viven en ellas, y comen uvas y aceitunas que no plantaron.”
Y añadió Josué:
14 —Por todo esto, respeten al Señor y sírvanle con sinceridad y lealtad. Apártense de los dioses que sus antepasados adoraron a orillas del río Éufrates y en Egipto, y sirvan al Señor. 15 Pero si no quieren servir al Señor, elijan hoy a quién van a servir: si a los dioses a los que sus antepasados servían a orillas del Éufrates, o a los dioses de los amorreos que viven en esta tierra. Por mi parte, mi familia y yo serviremos al Señor.
16 Entonces el pueblo dijo:
—¡No permita el Señor que lo abandonemos por servir a otros dioses! 17 El Señor fue quien nos sacó a nosotros y a nuestros antepasados de Egipto, donde éramos esclavos. Él fue quien hizo tantas maravillas delante de nuestros ojos, y quien nos protegió y nos defendió durante el camino, cuando pasamos entre tantos pueblos. 18 Él echó de delante de nosotros a todos los pueblos que estaban en nuestro camino, y a los amorreos que vivían aquí. Por todo esto, nosotros también serviremos al Señor, pues él es nuestro Dios.
19 Pero Josué les dijo:
—Ustedes no van a poder servir al Señor, porque él es un Dios santo y celoso, que no va a tolerar las rebeliones y pecados de ustedes. 20 Si ustedes lo abandonan y sirven a otros dioses, el Señor responderá haciéndoles mal, y los destruirá a pesar de haberles hecho tanto bien.
21 El pueblo le contestó:
—Eso no va a pasar. Nosotros serviremos al Señor.
22 Entonces Josué dijo:
—Ustedes son sus propios testigos de que han escogido servir al Señor.
—Lo somos —respondieron ellos.
23 Les dijo Josué:
—Quiten entonces todos los otros dioses que hay entre ustedes, y vuélvanse de todo corazón al Señor y Dios de Israel.
24 Y el pueblo respondió:
—Nosotros serviremos al Señor nuestro Dios, y haremos lo que él nos diga.
25 Aquel mismo día, allí en Siquem, Josué hizo un pacto con el pueblo, y les dio leyes y decretos, 26 los cuales escribió en el libro de la ley de Dios. Después tomó una gran piedra y la puso debajo de la encina que estaba en el santuario del Señor, 27 y le dijo a todo el pueblo:
—Esta piedra va a servirnos de testimonio, pues ella es testigo de todo lo que el Señor nos ha dicho. Será un testimonio contra ustedes, para que no sean falsos con su Dios.
28 Después Josué mandó a cada uno a su territorio.
AMÉN
Oración para la recuperación de la salud física y espiritual
Oración de Ezequiel en el valle de los huesos secos
2 de Ezequiel 37
37 La mano del Señor vino sobre mí, y su Espíritu me llevó y me colocó en medio de un valle que estaba lleno de huesos. 2 Me hizo pasearme entre ellos, y pude observar que había muchísimos huesos en el valle, huesos que estaban completamente secos. 3 Y me dijo: «Hijo de hombre, ¿podrán revivir estos huesos?» Y yo le contesté: «Señor omnipotente, tú lo sabes».
4 Entonces me dijo: «Profetiza sobre estos huesos, y diles: “¡Huesos secos, escuchen la palabra del Señor! 5 Así dice el Señor omnipotente a estos huesos: ‘Yo les daré aliento de vida, y ustedes volverán a vivir. 6 Les pondré tendones, haré que les salga carne, y los cubriré de piel; les daré aliento de vida, y así revivirán. Entonces sabrán que yo soy el Señor’ ”».
7 Tal y como el Señor me lo había mandado, profeticé. Y mientras profetizaba, se escuchó un ruido que sacudió la tierra, y los huesos comenzaron a unirse entre sí. 8 Yo me fijé, y vi que en ellos aparecían tendones, y les salía carne y se recubrían de piel, ¡pero no tenían vida!
9 Entonces el Señor me dijo: «Profetiza, hijo de hombre; conjura al aliento de vida y dile: “Esto ordena el Señor omnipotente: ‘Ven de los cuatro vientos, y dales vida a estos huesos muertos para que revivan’ ”». 10 Yo profeticé, tal como el Señor me lo había ordenado, y el aliento de vida entró en ellos; entonces los huesos revivieron y se pusieron de pie. ¡Era un ejército numeroso!
11 Luego me dijo: «Hijo de hombre, estos huesos son el pueblo de Israel. Ellos andan diciendo: “Nuestros huesos se han secado. Ya no tenemos esperanza. ¡Estamos perdidos!” 12 Por eso, profetiza y adviérteles que así dice el Señor omnipotente: “Pueblo mío, abriré tus tumbas y te sacaré de ellas, y te haré regresar a la tierra de Israel. 13 Y, cuando haya abierto tus tumbas y te haya sacado de allí, entonces, pueblo mío, sabrás que yo soy el Señor. 14 Pondré en ti mi aliento de vida, y volverás a vivir. Y te estableceré en tu propia tierra. Entonces sabrás que yo, el Señor, lo he dicho, y lo cumpliré. Lo afirma el Señor”».
AMÉN
Oración y reflexión para que la casa quede bendecida
Oración de David
2 de Samuel 7
18 Luego el rey David se presentó ante el Señor y le dijo:
«Señor y Dios, ¿quién soy yo, y qué es mi familia, para que me hayas hecho llegar tan lejos? 19 Como si esto fuera poco, Señor y Dios, también has hecho promesas a este siervo tuyo en cuanto al futuro de su casa. ¡Tal es tu plan para con los hombres, Señor y Dios![a]
20 »¿Qué más te puede decir tu siervo David que tú no sepas, Señor mi Dios? 21 Has hecho estas maravillas en cumplimiento de tu palabra, según tu voluntad, y las has revelado a tu siervo.
22 »¡Qué grande eres, Señor omnipotente! Nosotros mismos hemos aprendido que no hay nadie como tú, y que aparte de ti no hay Dios. 23 ¿Y qué nación se puede comparar con tu pueblo Israel? Es la única nación en la tierra que tú has redimido, para hacerla tu propio pueblo y para dar a conocer tu nombre. Hiciste prodigios y maravillas cuando al paso de tu pueblo, al cual redimiste de Egipto, expulsaste a las naciones y a sus dioses.[b] 24 Estableciste a Israel para que fuera tu pueblo para siempre, y para que tú, Señor, fueras su Dios.
25 »Y ahora, Señor y Dios, reafirma para siempre la promesa que les has hecho a tu siervo y a su casa. Cumple tu palabra 26 para que tu nombre sea siempre exaltado, y para que todos digan: “¡El Señor Todopoderoso es Dios de Israel!” Entonces la casa de tu siervo David quedará establecida en tu presencia.
27 »Señor Todopoderoso, Dios de Israel, tú le has revelado a tu siervo el propósito de establecerle una casa, y por eso tu siervo se ha atrevido a hacerte esta súplica. 28 Señor mi Dios, tú que le has prometido tanta bondad a tu siervo, ¡tú eres Dios, y tus promesas son fieles! 29 Dígnate entonces bendecir a la casa de tu siervo, de modo que bajo tu protección exista para siempre, pues tú mismo, Señor omnipotente, lo has prometido. Si tú bendices a la casa de tu siervo, quedará bendita para siempre».
AMÉN
Oración y reflexión cuando esta el deseo de tener un hijo bendecido
1 De Samuel 1
Ana ora para tener un hijo
1 En la sierras de Efraín vivía un hombre zufita de Ramatayin. Su nombre era Elcaná, hijo de Jeroán, nieto de Eliú y bisnieto de Tohu. Tohu era hijo de Zuf, de la tribu de Efraín. 2 Elcaná tenía dos esposas. Una se llamaba Ana, y la otra Penina. Penina tenía hijos, pero Ana no.
3 Cada año Elcaná viajaba de su pueblo hasta Siló para adorar al SEÑOR Todopoderoso y ofrecerle sacrificios allí. Ofni y Finés, hijos de Elí, servían como sacerdotes del SEÑOR en Siló. 4 Cuando Elcaná ofrecía sacrificios, le daba una parte de los alimentos a su esposa Penina y a cada uno de sus hijos, 5 pero siempre le daba el doble [a] a Ana porque era la esposa que él amaba, aunque el SEÑOR no le había dado hijos a Ana.
6 Penina siempre molestaba a Ana y la hacía sentir mal porque el SEÑOR no le permitía tener hijos. 7 Cada año sucedía lo mismo cuando la familia iba al santuario del SEÑOR en Siló. Un día Elcaná estaba ofreciendo sacrificios, pero Ana no comía nada en la fiesta porque estaba molesta, y lloraba. 8 Elcaná, su esposo, le dijo: «Ana, ¿por qué lloras? ¿Por qué no quieres comer? ¿Por qué estás triste? Me tienes a mí, yo soy tu esposo. Deberías pensar que yo soy mejor que diez hijos».
9 Después de comer, Ana se levantó calladamente y se fue a orar al santuario. [b] El sacerdote Elí estaba sentado en una silla cerca de la puerta del santuario del SEÑOR. 10 Ana estaba muy triste y lloraba mucho mientras oraba al SEÑOR. 11 Le hizo una promesa a Dios: «SEÑOR Todopoderoso, mira lo triste que estoy. ¡Acuérdate de mí! No me olvides. Si me concedes un hijo, te lo entregaré a ti. Será un nazareo: no beberá vino ni bebidas embriagantes, [c] y nunca se cortará el cabello».
12 Ana oró al SEÑOR durante largo rato. Elí observaba los labios de Ana mientras ella oraba. 13 Ella oraba de corazón. Aunque sus labios se movían, no pronunciaban las palabras en voz alta. Así que Elí pensó que Ana estaba borracha, 14 y le dijo:
—¡Has tomado demasiado! Es hora de guardar el vino.
15 Ana contestó:
—Señor, no he tomado vino ni cerveza. Estoy muy afligida y le estaba contando mis problemas al SEÑOR. 16 No piense que soy una mala mujer. He estado orando todo este tiempo porque estoy muy triste por tantos problemas.
17 Elí contestó:
—Ve en paz. Que el Dios de Israel te dé lo que pediste.
18 Ana dijo:
—Espero que usted tenga un buen concepto de mí.
Luego Ana se fue, comió algo y se sintió mejor. 19 Temprano, a la mañana siguiente, la familia de Elcaná se levantó, adoraron al SEÑOR y luego regresaron a su pueblo de Ramá.
AMÉN
Oración y reflexión cuando se nos presentan responsabilidades nuevas o mayores ya sea en el hogar o en el empleo. Oración por liderazgo
2 De Crónicas 1.
El rey Salomón pide sabiduría
1 Y Salomón, hijo de David, se estableció firmemente en su reino, y el Señor su Dios estaba con él y lo engrandeció sobremanera. 2 Y Salomón habló a todo Israel, a los comandantes de miles y de cientos, a los jueces y a todos los príncipes de todo Israel, jefes de casas paternas. 3 Entonces Salomón y toda la asamblea con él fueron al lugar alto que había en Gabaón, porque allí estaba la tienda de reunión de Dios, que Moisés, siervo del Señor, había hecho en el desierto. 4 Pero David había traído el arca de Dios de Quiriat-jearim al lugar que[a] había preparado para ella, porque le había levantado una tienda en Jerusalén. 5 Y el altar de bronce que había hecho Bezaleel, hijo de Uri, hijo de Hur, estaba[b] delante del tabernáculo del Señor, al cual consultaron Salomón y la asamblea. 6 Subió Salomón allí, delante del Señor, al altar de bronce que estaba en la tienda de reunión, y ofreció sobre él mil holocaustos.
7 Aquella noche Dios se apareció a Salomón y le dijo: Pide lo que quieras que yo te dé. 8 Entonces Salomón dijo a Dios: Tú has mostrado gran misericordia con mi padre David, y me has hecho rey en su lugar. 9 Ahora, oh Señor Dios, tu promesa[c] a mi padre David se ha cumplido, porque me has hecho rey sobre un pueblo tan numeroso como el polvo de la tierra. 10 Dame ahora sabiduría y conocimiento, para que pueda salir y entrar delante de este pueblo; porque, ¿quién podrá juzgar a este pueblo tuyo tan grande? 11 Y dijo Dios a Salomón: Por cuanto esto estaba en tu corazón, y no has pedido riquezas, ni bienes, ni gloria, ni la vida de los que te odian, ni aun has pedido larga vida, sino que has pedido para ti sabiduría y conocimiento para poder gobernar a mi pueblo sobre el cual te he hecho rey, 12 sabiduría y conocimiento te han sido concedidos. Y te daré riquezas y bienes y gloria, tales como no las tuvieron ninguno de[d] los reyes que fueron antes de ti, ni los que vendrán[e] después de ti. 13 Y Salomón salió del[f] lugar alto que estaba en Gabaón, de la tienda de reunión, a Jerusalén, y reinó sobre Israel.
14 Y juntó Salomón carros y hombres de a caballo; y tenía mil cuatrocientos carros y doce mil hombres de a caballo, y los apostó en las ciudades de los carros, y en Jerusalén, junto al rey. 15 El rey hizo la plata y el oro tan común en Jerusalén como las piedras, e hizo los cedros tan abundantes como los sicómoros en el llano[g]. 16 Los caballos de Salomón eran importados de Egipto y de Coa, y[h] los mercaderes del rey los adquirían de Coa[i] por cierto precio. 17 Y se importaba[j] un carro de Egipto por seiscientos siclos[k] de plata, y un caballo por ciento cincuenta, y de la misma manera los exportaban[l] a todos los reyes de los hititas y a los reyes de Aram.
AMÉN
Para tener sabiduría e inteligencia en nuestras responsabilidades diarias y de proyectos. Oración de Salomón
Sabiduría 9,1-6.9-11
Dios de los padres y Señor de la misericordia,
que con tu palabra formaste al hombre,
para que dominase sobre tus criaturas,
y para que rigiese el mundo con rectitud de corazón.
Dame la sabiduría asistente de tu trono
y no me excluyas del número de tus siervos,
porque siervo tuyo soy,
hijo de tu esclava, hombre débil y de pocos años,
demasiado pequeño para conocer el juicio y las leyes.
Pues aunque uno sea perfecto entre los hijos de los hombres,
sin la sabiduría, que procede de ti, será estimado en nada.
Contigo está la sabiduría conocedora de sus obras,
que te asistió cuando hacías el mundo,
y que sabe lo que es grato a tus ojos
y lo que es recto según tus preceptos.
Mándala de tus santos cielos y de tu trono de gloria envíala para que me asista en mis trabajos
y venga yo a saber lo que te es grato.
Porque ella conoce y entiende todas las cosas,
y me guiará prudentemente en mis obras, y me guardará en su esplendor.
AMÉN
Santísimos corazones de Jesús y María,
unidos en el amor perfecto,
como nos miráis con misericordia y cariño,
consagramos nuestros corazones,
nuestras vidas, y nuestras familias a Vosotros.
Conocemos que el ejemplo bello
de Vuestro hogar en Nazaret fue un modelo
para cada una de nuestras familias.
Esperamos obtener, con Vuestra ayuda,
la unión y el amor fuerte y perdurable
que os disteis.
Que nuestro hogar sea lleno de gozo.
Que el afecto sincero, la paciencia, la tolerancia,
y el respeto mutuo sean dados libremente a todos.
Que nuestras oraciones
incluyan las necesidades de los otros,
no solamente las nuestras.
Y que siempre estemos cerca de los sacramentos.
Bendecid a todos los presentes
y también a los ausentes,
tantos los difuntos como los vivientes;
que la paz esté con nosotros,
y cuando seamos probados,
conceded la resignación cristiana
a la voluntad de Dios.
Mantened nuestras familias cerca
de Vuestros Corazones;
que Vuestra protección
especial esté siempre con nosotros.
Sagrados Corazones de Jesús y María,
escuchad nuestra oración.
Amén.
AMÉN